El aceite de oliva es conocido en todo el mundo por sus propiedades beneficiosas para el organismo, al ingerirlo en la dieta, así como al ser aplicado en la piel directamente. Gracias a los ácidos grasos esenciales que contiene, muy similares a los que integran la membrana hidrolipídica de la superficie de nuestro cuerpo, actúa como un excelente emoliente, dejando la piel lisa y suave. Es hidratante y nutriente.
Combate la pesadez de las piernas, facilitando la circulación. También tiene propiedades anticelulíticas.